domingo, 4 de octubre de 2015

Fracaso escolar en España ¿cuestión de hambre y sueño?


Soy consciente. Conspicuos de todos los pelajes (desde expertos en educación hasta columnistas y tertulianos, pasando por políticos, sindicalistas, economistas y fruteros) culpan del pavoroso fracaso escolar de nuestro país (medido según PISA) a los factores más diversos, como a la descentralización de la educación tras el Estado de las Autonomías (como hoy mismo hace el catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Sevilla, Antonio Porras Nadales en el DIARIO DE SEVILLA), a los cambios de los modelos educativos que se suceden en nuestra co-patria, a la falta de autoridad de los docentes (por lo que según la ínclita Esperancita Aguirre habría que alzarlos 20 centímetros del suelo) e incluso a las políticas de inmersión lingüística.

Pero, querido lector o lectora, yo, que soy más de andar por los suelos que revolotear sobre las cabezas de nuestros compatriotas, también tengo una hipótesis: el fracaso escolar en España se debe a que los niños y las niñas ni duermen lo suficiente ni desayunan lo necesario.

Veamos los datos. Según está aceptado por las autoridades médicas, hasta los 5 años se debe dormir el 50% del día, es decir, 12 horas, y que a partir de ahí hasta la adolescencia se debe descansar el 40% del día, es decir, 10 horas. Pues bien, si hacemos caso a la Sociedad Española del Sueño, los niños duermen poco y mal, ya que un tercio tiene problemas de descanso y el 60% duerme menos de las 10 horas recomendadas.

Pero no es necesario apelar a los científicos de la materia, sino sólo hacer memoria de nuestra propia experiencia personal. Un menor que tiene que entrar en el colegio a las 08:30 horas debería levantarse, si vive próximo a su colegio, al menos a las 07:30 horas para desayunar, asearse, vestirse y desplazarse, lo que supone que debería estar en la cama a las 21:30 horas. Pero si vive lejos de su colegio o los padres deben entrar en el trabajo a las 08:00 horas, por ejemplo, deberían levantarse al menos de 06:00 horas a 06:30 horas, lo que obligaría a estar en la cama como mínimo a las 20:00 horas o a las 20:30 horas. ¿Cuántos niños y adolescentes de hoy conoces que a esas horas estén bañados, cenados y dormidos?

¿Qué efectos produce la falta de descanso? Fundamentalmente problemas de aprendizaje y desarrollo cognitivo. Según Jesús Panigua, responsable de la unidad del sueño en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, cuando un niño tiene sueño disminuye su atención y se bloquea la capacidad de retener la información.  Si esta somnolencia se prolonga, su desarrollo cognitivo irá más lento y la comprensión será más difícil. 

¿Y cuántos niños duermen poco y mal en España según la Sociedad Española del Sueño? Al menos un tercio. Yo diría que en la adolescencia todos duermen menos de lo necesario.

Pero esto es sólo la mitad del problema. Porque muchos de los niños y adolescentes, además de dormir poco no desayunan en casa. Veamos los datos. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, entre el 20% y el 40% de los niños españoles van al colegio sin desayunar. Parece razonable pensar que el número irá aumentando según la edad de forma que en la primera infancia escolar, de 5 a 10 años, se desayunará en casa más que en la adolescencia.

¿Y qué efectos provoca el no desayunar en casa antes de ir al centro educativo? Según la SEEN favorece la obesidad y… ¡¡¡tachín, tachín!!! afecta al rendimiento escolar.

Es decir, que un tercio de niños y adolescentes tienen problemas de sueño, un tercio de niños van al cole o insti sin desayunar en casa, y, curiosamente, el abandono escolar prematuro en España tiene una tasa del 21,9%. Lo que sorprende es que no sea mucho más.

¿Cuáles serían los datos si la gran mayoría de los niños y niñas y adolescentes durmieran lo suficiente y fuesen desayunados al colegio o instituto? Posiblemente si, en vez de dedicarse a usar la educación como herramienta política y cuestionar el sistema educativo, la sociedad española se pusiese a hacer dormir lo suficiente a nuestros niños y adolescentes y luego mandarlos a clase bien desayunados, PISA nos luciría mucho mejor.

Pero, claro ¿cómo tener a los niños y adolescentes en la cama a las 20:00 horas si nosotros, los adultos, nos negamos a meternos en ella antes de las 01:00 h? ¿Y cómo obligarles a desayunar si la máxima nacional es aquello de “ya tomaré algo en el bar”? Y luego, para no sentirnos culpables, cargamos contra el sistema educativo.
         
Todo muy español, incluso en Cataluña.

viernes, 2 de octubre de 2015

Bien morir



Ayer, durante una entrevista radiofónica, el candidato socialista a La Moncloa abrió un melón con el que nos vamos a divertir bastante. Preguntado sobre la posición del PSOE entorno a la eutanasia, Pedro Sänchez afirmó que si alcanza la presidencia del gobierno de la Nación promoverá su debate con vistas a su aprobación.

Pero por mucho que nos divirtamos, el guión ya está escrito. En cuanto se plantee formalmente el tema, las organizaciones religiosas tronarán (aunque sobre todo nos lleguen las diatribas de la Iglesia Católica), el PP se posicionará en la ultraderecha más reaccionaria de Europa y aprovechará cualquier oportunidad para comparar con terroristas a los que estén de acuerdo con regularla, pero finalmente habrá mayoría en el Congreso, se aprobará y cumpliendo con lo que habrán dicho en la tribuna de la Carrera de San Jerónimo, al menos 50 diputados a Cortes del PP, con su presidente a la cabeza, presentarán un recurso de Constitucionalidad.

Luego la sociedad española, con esa normalidad que no deja de ser paradójica, ejercerá los derechos que le permita la ley. Y cuando el alto tribunal vaya a pronunciarse (¿siete, diez años después?) la eutanasia será un hecho completamente normalizado. Por eso la sentencia del Tribunal Constitucional ya se puede prever: declarará la ley conforme a la Constitución, y todos y todas nos dedicaremos a otra cosa. Y cerrará el guión cuando algún máximo dirigente del PP que firmó el recurso de anticonstitucionalidad acceda para sí o algún familiar cercano a la eutanasia.

Es triste, muy triste, que cualquier avance social en España haya contado con la encarnizada oposición de la derecha social, religiosa y política de España. Es triste, muy triste, que tras el ridículo que hicieron con leyes como las del divorcio o el matrimonio igualitario, el PP no comprenda que la sociedad española se liberó hace décadas de la tiranía de la jerarquía católica mediante el pago, eso sí, de cánones anuales más que generosos. Pero sobre todo es triste, muy triste, que miles, decenas de miles de personas sigan sufriendo sin necesidad cuando la razón y los sentimientos nos dictan que lo correcto es acortar la agonía.
         
Si debo elegir a un cristo, me quedo con el misericordioso, no con el vengativo. Espero no tener nunca que decidir sobre la vida o muerte de un familiar cercado, mis padres, mi marido, mis hermanos, mis sobrinos. Lo que sí tengo claro es que llegado el momento final quiero morir con dignidad, rodeado de los mismos, confiado en que nadie se empeñará en hacerme sufrir hasta el último de mis segundos.