viernes, 27 de junio de 2014

Generación quemada

En este rosario de situaciones que me sorprende, escandaliza o deprime en que se ha convertido este blog por mor de la crisis, se encuentra la firme convicción de que el tiempo actual es el peor para la juventud.

Esta afirmación, muchas veces promovida y validada por personas de mi edad e incluso mayores, viene a certificar que en el pasado la juventud no se enfrentaba a desafíos tan dramáticos como los que actualmente se enfrenta la juventud española, entendida como tal incluso los que superan los 30 años.

Pero esa afirmación, por mucho que se dé por cierta, no deja de tener tantos matices que casi la hacen incierta.

En las geniales tiras de Mafalda, del insuperable Quino, encontré de nuevo unas viñetas, de finales de los sesenta, que nos desenmascara esta realidad. En la misma, Miguelito le pregunta a Mafalda: Decime, la “generación quemada” de la que se habla tanto… no tiene nada que ver con la nuestra ¿no? A lo que la niña más famosa de Argentina le responde: No, nosotros venimos después, lo que lleva al niño a repreguntar: Ah, ¡y cuando se supone que nos falta para empezar a chamuscarnos? Cada generación, posiblemente desde los sesenta, se ha auto considerado quemada o perdida y ha pensado que no vivirían mejor que la anterior.

Hasta mediados de los 70, la emigración a Europa era la válvula de seguridad que impedía que la insuficiencia de oferta laboral para el baby boom de finales de los cincuenta provocara la implosión del régimen franquista. La crisis del petróleo disparó en España el desempleo en general y el juvenil en particular, ya que los mercados europeos se cerraron a la mano de obra barata española. Fue entonces cuando Felipe González llegó al gobierno en 1981 prometiendo 800.000 puestos de trabajo, que desde luego no llegaron hasta finales de la década. Es la generación quemada de mis hermanos mayores, para los cuales el futuro laboral en España era negro, muy negro.

Mi generación quemada llegó de mano de las movilizaciones estudiantiles de 1986/87, las del Cojo Manteca, en las que ya participé activamente, al punto que en los últimos días tres compañeros y amigos míos y yo conseguimos desalojar de alumnos los Salesianos de Málaga, cosa que según los profesores nunca había ocurrido en tal centro, y que me consta que no ha vuelto a pasar. Ya entonces sentía que para mí había poco futuro en España y de hecho en la Universidad estuve buscando becas para estudiar fuera de España. Pero me enrolé en las movilizaciones sindicales de 1988 contra el Plan de Empleo Juvenil, a través del cual pretendía imponer Felipe González un contrato para jóvenes con salarios más bajos, y que finalizó en la Huelga General del 14-D.

En mi caso continué participando en movimientos juveniles y viví la crisis de 1993, que disparó nuevamente el paro juvenil tras los años intensos de la entrada en la Comunidad Europea y la celebración de la Expo92 y las Olimpiadas de Barcelona. En aquellos años los jóvenes nos preguntábamos como diablos nos íbamos a emancipar y llegó James Petras y su famoso Informe, en el que afirmaba en 1996: Lo más importante para mi investigación era el rostro humano de la "modernización" de Felipe... Descubrí otro mundo que las estadísticas del gobierno y la investigación académica pasaban por alto: los millones de jóvenes trabajadores españoles que quedaban marginados del empleo estable y bien pagado... de por vida.

Pero precisamente fue unos años después, a finales de la década, cuando la economía española empezó a inflarse gracia a los bajos tipos de interés provocados por la llegada del euro y la necesidad de Alemania de digerir la fagocitación de la República Democrática Alemana. Fueron los alegres años 2000, pero no para los jóvenes, ya que hacia la mitad de la década se hicieron tristemente famosos los mileuristas, jóvenes muy cualificados con contratos precarios e ingresos por debajo de la media.

Y la década finalizó con la crisis de Lehman Brothers, la explosión de la burbuja inmobiliaria y los reformazos laborales donde una vez más los jóvenes lo han vivido con especial virulencia.

¿Alguien puede decirme cuando la juventud española ha dejado de ser la generación quemada?

Por eso me irrita sobremanera escuchar los discursos catastrofistas, no de los jóvenes que tienen derecho a construir su propio discurso auto-referencial, sino de los adultos de mi edad o mayores, porque mienten. Nunca España, aquejada de una endémica falta de empleo, ha sido la madre sino la madrastra de su juventud. Por eso, la actual juventud podrá asumir su protagonismo de la misma manera que las anteriores.

Imagino que la fotografía de una juventud sin futuro en la que se empeñan los adultos, y que refuerza la autoimagen de la juventud sobre su futuro, tiene algo de catártico para muchas personas de mi edad. Pero es falsa la idea de que hoy un joven lo tiene mucho peor que un joven de mi época. Y convencerles de lo contrario, aunque sea para mostrar empatía, es el peor regalo que podemos hacerles.
           
La juventud actual tiene un desafío enorme y una misión ilusionante: conseguir que la próxima generación de españoles no se consideren la generación quemada. Algo que desafortunadamente nosotros no conseguimos.

domingo, 22 de junio de 2014

Luciano González García, el político que dimitió, pero era inocente y ahora se ha sabido.

Sección andaluza de elconfidencial.com de hoy donde no se habla del archivo 
de la denuncia contra Luciano González García

Debo empezar pidiendo públicas disculpas a Luciano González García. Tras su dimisión publiqué el post ¡Que le corten la cabeza! donde reconocía su meritoria dimisión pero dando por hecho una irregularidad que con el tiempo parece demostrarse que no era tal.

Recapitulemos. La web elconficiencial.com publicó el 17 de marzo de 2014 una información, firmada por Agustín Rivera, con el siguiente título: El director general de Energía de Andalucía tiene una casa ilegal con agua y luz 'pirata. Esta noticia llevó a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz Pacheco, a exigir la dimisión de dicho responsable, Luciano González García, el cual, en 24 horas, la presentó.

Naturalmente dicha noticia de denuncia fue recogida por todos los medios de alcance nacional, ya que además, elconficiencia.com aplicaba toda la técnica periodística del ventilador, repartiendo mierda. Una prueba es este párrafo de la noticia: González, que por decisión directa de Susana Díaz y del consejero de Economía, José Sánchez Maldonado, está a punto de administrar un proyecto estrella de 200 millones de euros para fomentar el empleo en la construcción sostenible y protección del medio ambiente, se hizo en la década de los noventa con la propiedad de esta finca no urbanizable situada en terreno rústico. En el centro de su posesión, valorada en unos 400.000 euros, según expertos inmobiliarios consultados por este diario, el político expulsado dos veces del PSOE y de la UGT promovió y edificó una vivienda de 130 metros cuadrados que en su parte norte se ha ampliado recientemente.

Cuando se conoció la noticia de la dimisión, elconfidencial.com no cabía en sí de gozo, y en el titular del artículo en el que daba cuenta de la dimisión afirmaba: Por todas las revelaciones de el confidencial Díaz exigió al consejero de Economía la cabeza de González por su finca ilegal. Y no pudo dejar de incluir el siguiente párrafo: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, exigió la dimisión fulminante de Luciano González García, director general de la Agencia Andaluza de la Energía, tras las revelaciones de El Confidencial sobre su finca ilegal en Yunquera (Málaga). La presidenta está dispuesta a cumplir su lema de tolerancia cero contra la corrupción, pero 0,0 como la cerveza sin alcohol”, señala a este diario, con sorna, un alto miembro del Gobierno andaluz.

Tres meses después, ha sido la web eldiario.es quien ha puesto las cosas en su sitio, al publicar hoy la noticia con el siguiente titular: El Ayuntamiento de Yunquera archiva el expediente contra el ex director de laAgencia de la Energía. Según este medio on-line, “La resolución reconoce que las dos licencias que justificaban la legalidad de la casa estaban en los archivos municipales, y excusa su desconocimiento en la "antigüedad" de los documentos y en el cambio de funcionarios”.

En mi post al que hacía referencia al principio, decía que  Si pretendemos una revolución ética en la sociedad española, un rearme ético de nuestra clase dirigente, ya sea política, económica, social o cultural, debemos apoyar los hechos que avancen en la buena dirección. Por ello, como socialista y andaluz, me felicito y agradezco que Luciano González haya dimitido de forma inmediata.

Sigo pensando que la dimisión fue la respuesta ética correcta ante esta denuncia pública. Pero también creo que una vez se demuestre completamente su inocencia de la falsa imputación, le sea de nuevo asignada una responsabilidad similar a la que ostentaba en dicho momento.

Pero no puedo dejar de manifestar mi mayor censura al medio elconfidencia.com y a la corporación municipal de Yunquera, gobernada por el PP. Si bien la web de noticias afirmó que esta información había sido contrastada por tres fuentes municipales, no se entiende que una vez archivada la denuncia por parte de dicho ayuntamiento, no la haya publicado en dicho portal, como podemos comprobar. Y el ayuntamiento de Yunquera no puede despacharse simplemente que el error se basó en que era un expediente muy antiguo y había cambiado de funcionarios.

Ayuntamiento y elconfidencial.com debería, una vez certificada la veracidad de la noticia, dar la mayor de las satisfacciones a Luciano González García, y reparar en la medida de lo posible, un dislate periodístico y una salida de madre de una corporación democrática.
          
Y por supuesto, los que opinamos en público, deberíamos no dar por hecho lo que son denuncias periodísticas. Mea culpa.

sábado, 21 de junio de 2014

¡La comunidad de propietarios, estúpido!

La frase del candidato Clinton “the economy, stupid”, devenida después en “Es la economía, Estúpido”, hizo fortuna en las elecciones presidenciales de 1992 frente a George H. W. Bush.

Ahora que vivimos de sobresalto en sobresalto social, y no precisamente por el papelón de la Selección Nacional en el Mundial de Brasil 2014, es bueno reutilizarla. ¡Es la comunidad de propietarios, estúpido!

Sostengo que una comunidad de propietarios es una microsistema social perfecto para estudiar políticamente al ser humano, en este caso al español medio. Podemos observar que conviven en un espacio acotado, donde cada propietario adquiere la posición de sufragio activo y pasivo (es decir, puede votar y ser votado), donde los cargos de responsabilidad no son retribuidos y se eligen directamente, donde funciona la fórmula un propietario un voto, y donde el sostenimiento de lo común se basa por el contrario en proporción a la riqueza, es decir, a los metros de propiedad.

En una comunidad de propietarios de tamaño medio, la mayoría de ellas, los beneficios y los perjuicios de las decisiones tomadas sin directos, la posibilidad del asamblearismo es real, ya que no hay ninguna norma que lo impida, y donde es posible conocerse con cierta intimidad para elegir a los mejores gestores, si se quiere, o tomar todas las decisiones de forma colectiva.

Resumiendo, es un grupo políticamente pequeño, donde los diversos actores tienen la posibilidad de conocerse con cierta intimidad, donde los votos tienen el mismo valor y la acción política es directa, tanto en la toma de decisiones como en los beneficios o perjuicios de la misma. Además, el sostenimiento del interés común es proporcional a la riqueza y su pago o impago afecta directamente a todos los propietarios.

Se trataría por lo tanto de un sistema político ideal donde estudiar el comportamiento y su proyección hacia sistemas políticos más complejos, como una localidad, una comunidad autónoma o el conjunto del Estado.

Pues bien ¿hay alguien que conozca un comunidad de propietarios que no sea un nido de abstencionistas, intrigas, enfrentamientos y rivalidades? ¿Alguien conoce alguna comunidad donde nunca la presidencia ha quedado vacante y ha habido que o bien presionar a algunos de los propietarios para que se presentara como “voluntario” o incluso elegirlo por sorteo? ¿Alguien no conoce alguna comunidad de propietarios donde las cuotas comunales no sean objeto de perpetuo enfrentamiento, donde propietarios se niegan a asumir coste del ascensor porque viven en la planta baja o la primera planta –y yo no tengo que pagar lo que no uso-, donde propietarios discuten cualquier subida? ¿Alguien conoce alguna comunidad de propietarios donde no se den enfrentamientos entre propietarios por el ruido de los niños en los espacios comunes, del uso de los elementos comunes, o directamente por un quítame allá esas pajas? En fin, ¿nunca has escuchado que ”lo mejor de esta vivienda es que no depende de ninguna comunidad de propietarios”?

Pues si una comunidad de propietarios es el sistema ideal para el desarrollo de una república perfecta, sin amos ni señores, sin castas ni bipartidismo, sin corruptelas y mangoneos, y los españoles conseguimos hacer un espacio de enfrentamiento en vez de convivencia ¿esperamos que sistemas políticos muchos más complejos, donde se dilucidan fortísimos intereses contrapuestos, donde se manejan presupuestos ingentes, sean gobernados por esos mismos actores políticos con inteligencia, mesura, ética y pundonor sin otro trabajo que confiar en fórmulas milagrosas donde todo el esfuerzo se confía en el otro?

Como fantasía es consoladora, pero como proyecto político es aterrador. Y todo lo aterrador termina por cumplirse.

jueves, 19 de junio de 2014

Tres razones republicanas para rechazar un referéndum sobre la monarquía

Desde una posición firmemente republicana, defiendo que existen tres razones de peso para rechazar la propuesta extemporánea de convocar un referéndum para elegir el modelo de jefatura del Estado, entre república y monarquía.

La primera es de carácter ético. La república, como ya he afirmado en varias ocasiones, se inserta en el plano moral de no ser gobernados por nadie que no hayamos tenido la oportunidad de elegir. Al igual que era absurdo basar el debate de la abolición de la esclavitud en si vivía mejor un esclavo o un hombre libre, lo es plantear que una república nos proveerá de mayores bienes materiales, será un régimen menos corrupto, etc. Se es republicano por dignidad, pero no por interés.

Por ello, promover tal referéndum en estos momentos, aprovechando la angustia de la ciudadanía en una situación de emergencia social, disfrazando el alcance real del debate república/monarquía y bajo falsas promesas de un ubérrimo paraíso terrenal, me parece deleznable.

La segunda es de carácter político. La petición de un referéndum tiene mucho de oportunismo electoral. Su planteamiento en un momento social y económicamente convulso, y con la idea fija de algunas formaciones políticas de establecer dos bandos claramente diferenciados, entre el llamado bipartidismo y la izquierda auto titulada verdadera, ha puesto en marcha una dinámica social perversa que lleva a un callejón sin salida.

La no celebración de un referéndum refuerza la idea de que existe un interés en no permitir que el “pueblo” (ese que es convocado varias veces cada lustro y cuya tercera parte, cuando no más de la mitad, se queda en su casa) se manifieste públicamente. Pero si se celebrara mañana, supondría el desquiciamiento de este, y de cualquier, Estado Constitucional. Si arbitrariamente, es decir, sin un procedimiento reglado, se sometiera a referéndum un tema como este, ¿qué justificación tendríamos mañana para no convocar otro sobre la pena de muerte, por ejemplo? ¿El sólo hecho de que aquel tema me interesa y este otro no?

Y niego la mayor. Soy partidario de introducir constitucionalmente consultas directas mediante referéndum periódicos, pero sabiendo que éste sistema no significa medidas más justas, simplemente significa que son las que más apoyo obtiene de la ciudadanía. No hay que olvidar que gracias a la ausencia de referéndum, en Turquía las mujeres obtuvieron el derecho al voto en 1930, y que en cambio, gracias a los referéndum, las mujeres suizas tuvieron que esperar hasta 1971 para obtenerlo.

En caso que se celebrase y saliera a favor de la monarquía, como parece ser, ¿cuanto tendríamos que esperar para promover una república? ¿Un año, diez, treinta y nueve? ¿Un referéndum cada vez que se produzca una sucesión en el trono? ¿Nos veríamos impedidos a promover un verdadero proceso transformador a través de un cambio reglado de la Constitución?

Y en la remota hipótesis de que fuese favorable a la república, ¿cómo y quien afrontaría este desafío? Al romperse el procedimiento reglado en la Constitución para su modificación, también pactado por las fuerzas políticas y sociales en la transición, se crearía una situación ingobernable. Lo lógico sería la abdicación de Felipe VI, pero entonces le sucedería su hija, la princesa de Asturias, y al ser menor de edad no podría abdicar, y si lo hiciera, aún quedarían Sofía de Borbón, y las hermanas del rey y sus descendientes.

Cualquier otra opción será jurídicamente traumática: dar por derogada la Constitución de 1978, lo que obviamente dejaría, en teoría, suspensos todos los poderes del Estado,  pero que de facto supondría el poder absoluto para el ejecutivo, el gobierno de la Nación (en estos momentos del Partido Popular) el cual contaría, no lo dudemos, con el apoyo del ejército.

El referéndum es parte de una estrategia irresponsable de quienes se saben políticamente irrelevantes y confía en que la sensatez del que tiene opciones de gobierno no nos embarque en un proceso convulso, y que ello les permita seguir consiguiendo políticamente masa crítica.

La tercera es de carácter práctico. Si lo que se pretende es traer la república de forma democrática, hay que conseguir que una mayoría social suficiente se identifique con ella. Insertarla en un debate partidario nos aleja de ese ideal a pasos agigantados. Igual que en 1931 una mayoría social, que iba desde la derecha de Alejandro Lerroux y Niceto Alcalá Zamora hasta la izquierda marxista del PSOE, permitió una mayoría electoralmente suficiente, sólo una mayoría social que abarque desde el centro derecha y la izquierda hace posible la llegada democrática de la III República.

Estoy seguro que a algunas formaciones políticas les ha venido bien el planteamiento de un referéndum: han encontrado un punto no ideológico de unión que les permite no aclarar en demasía sus propuestas en materia económica o territoriales (en ocasiones irreconciliables), refuerzan la estrategia de las dos orillas y potencian las contradicciones del PSOE entre su alma republicana y su obsesión por ser un partido responsable.

Pero todo ello lo estarán consiguiendo sacrificando el alto, digno y meritorio espíritu republicano de millones de españoles asesinados y exiliados en el pasado.

sábado, 14 de junio de 2014

Machos socialistas

Entiéndaseme bien. Es de admirar, con la que está cayendo, que una persona en su sano juicio, y sin un narcisismo patológico, dé el paso al frente y se presente voluntario como candidato a la secretaría general federal del PSOE. Porque en nuestro Partido, como se decía en la mili, voluntario ni para comer lentejas.

Y no ya porque sigamos a pies juntilla la máxima de Pablo Iglesias (el verdadero, no el trucho, dicho con todo cariño) de que nunca hay que elegir al que se ofrece de voluntario para asumir una responsabilidad. Sino porque en las actuales circunstancias, siempre que no sea un temerario, la persona dispuesta a asumir la secretaría general federal de nuestro Partido o es un patriota o un héroe.

Así que vaya por delante mi reconocimiento a todos aquellos compañeros que han dado un paso al frente para reunir los suficientes avales que les permitan competir por la secretaría general.

Pero no deja de sorprenderme esa relación de voluntarios aspirante a reunir casi 10.000 avales esté compuesta en estos momentos exclusivamente de hombres:  Antonio Gutiérrez, Manuel Pérez García, José Antonio Pérez Tapias, Aurelio Belando Martínez, Alberto Sotillos Villalobos, Pedro Sánchez Pérez-Castejón y Eduardo Madina Muñoz,

Dado que el proceso se encuentra en estos momentos en el inicio, donde para postularse tan sólo se requiere ser militante del PSOE, sorprende que no haya ninguna mujer que dando un paso al frente, manifieste su interés en competir por la secretaría general federal. Por lo tanto, parece lógico atribuir a la falta de interés, coraje, temeridad o compromiso el que ninguna haya dado el paso adelante.

Pero en mi opinión, nada más lejos de la realidad.

Cuando un hecho aparentemente casual se repite incesantemente, trascendiendo en el tiempo y en espacio; cuando un comportamiento se reitera una vez tras otra en situaciones de lo más diversas; cuando personas instruidas y con fuerte moral dejan de ocupar los espacios que por naturaleza copan otras personas de igual instrucción y moral; si todo ello se repite, no puede achacarse a un comportamiento individual, aislado.

La única explicación racional es que es el propio sistema quien por leyes ciertas, aunque muchas veces insospechadas y ocultas, impide a esas personas la naturaleza que otras sí desarrollan. Y para que esas leyes mantengan su vigor se hace necesaria la colaboración de todos los individuos que componen el sistema.

Si al inicio de un proceso como el que está viviendo nuestro Partido, sólo se han presentado siete hombres y ninguna mujer, no es porque no haya mujeres militantes con capacidad y mérito para optar a la responsabilidad, sino porque el sistema construido en estos 135 años sigue manteniendo sus códigos y sus leyes inmutables que como dogal de acero impide tal hecho.

Por eso, tras la celebración del Congreso Extraordinario de julio, el Partido, sus militantes y sus dirigentes de ambos sexos, pero especialmente los varones, deberían reflexionar intensamente sobre que hemos hecho mal o que hemos dejado de hacer, y cuales son esos mecanismos que ocultos, inmutables, no hemos tocado y siguen, de facto, asegurando al hombre, al macho socialista, la preeminencia y el monopolio del derecho a optar a la más alta responsabilidad de nuestro Partido.

miércoles, 11 de junio de 2014

Siameses Socialistas

Sería imposible comprender la historia la lucha de la izquierda española a lo largo de todo el siglo XX sin entender las bases sobre las que Pablo Iglesias (el de verdad, no el trucho, dicho con todo el cariño) estableció el proyecto de socialismo marxista: dos pilares sobre los que descansaba su proyecto revolucionario. Por una parte, el Sindicato Obrero de la UGT, como organización de masas, y por otra el Partido Socialista Obrero Español, como la inteligencia que estaba llamada a ejecutar la lucha de clases y el fin de las mismas.

Siempre se trató de una unión no sólo fraterna, sino casi biológica. La doble militancia (la obligación de los militantes del PSOE a militar sindicalmente en la UGT, aunque no lo contrario), el vivero ideológico y de formación que suponía el Sindicato para la formación de cuatros del Partido, y la férrea voluntad y la inteligencia de una dirigencia consciente de que el distanciamiento entre ambas sólo podía provocar la desorientación más absoluta, la pérdida de protagonismo social y, en definitiva, el crisis del proyecto socialista, impidió que, a pesar de las tensiones, ambas organizaciones socialistas rompieran sus vínculos natales.

La comprensible aspiración de los jóvenes socialistas del interior, que tanto dolor como resignación provocó en Luis Gómez Llorente a partir de los años 80, de trabajar para que el Partido fuese un partido de mayorías parlamentarias (o como ha dicho recientemente Felipe González, con hambre de mayorías), obligó a la conversión del PSOE en un partido interclasista, buscando recabar el apoyo de ciudadanos de muy diversos orígenes ideológicos.

Naturalmente, y así lo entendió Gómez Llorente (y por eso se refugió políticamente en la FETE en los últimos años de su vida política), esta apuesta llevó inexorablemente a la ruptura de esos lazos biológicos entre el PSOE y la UGT a partir del segundo gobierno de Felipe González, y que culminó con la Huelga General del 14-D.

Pero es un error pensar que a partir de tan mítica fecha en el imaginario socialista español (que tanto sufrimiento produjo, tantas rupturas emocionales y el fin del proyecto socialista que Pablo Iglesias inició a finales del siglo XIX), la realidad de ambas organizaciones han mutado de forma que hoy se parezcan lo que un huevo a una castaña.

En absoluto. A pesar de no exigirse la doble militancia, muchos de sus militantes y dirigentes comparten carné. A pesar de las discrepancias, a veces insalvables, entre sus proyectos políticos y económicos, la base social de UGT sigue viendo al PSOE como el Partido que es o debiera ser su referente electoral, y la base social del PSOE sigue percibiendo a la UGT como su referente sindical.

Por ello, los debates que se producen en el seno de cualquiera de las dos organizaciones, antes que después, tendrá su eco en la otra. Aunque no miméticamente.

Uno de esos temas es la elección directa del secretario general del PSOE por parte de sus militantes. Si desde hace varios años algún que otro dirigente regional de las federaciones de UGT Andalucía han planteado la conveniencia de que los secretarios generales fuesen elegidos directamente por parte de la militancia, con el contundente argumento que “más legitimidad tienes si te votan 10.000 que 400, su aprobación en el PSOE (aunque sea mediante el atajo gallego utilizado por la Comisión Ejecutiva Federal) para que el Partido elija el 13 de julio su secretario o secretaria general por elección directa de la militancia, obligará a la dirigencia sindical a planteárselo.

Se engaña la actual dirigencia de la Unión General de Trabajadores si piensa que puede resistirse numantinamente a los aires de apertura que impulsa el proyecto socialista del PSOE. En Madrid no hay playa, pero las olas que asedian Ferraz terminarán por inundar Hortaleza.

domingo, 8 de junio de 2014

Que puedan, por el bien de todos

El Diario, medio digital que remó a favor de IU durante la campaña de las Elecciones Europeas de 2014, ha publicado hoy un artículo titulado Podemos toma forma enAndalucía y que como subtítulo añade: Los círculos celebran su primer encuentro en busca de respuestas desde la base ¿cómo organizarse? ¿cómo comunicar? ¿cómo hacer política?

El llevar en movimientos sociales desde los 17 años, no ser especialmente tonto, y gustarme analizar los sistemas y sus metadiscursos, me lleva a no ver mucha diferencia entre las propuestas que explica la europarlamentaria Teresa Rodríguez, y los que he visto experimentar a otros grupos en el pasado y que siempre se han estrellado contra la realidad social española.

Con esto no quiero decir ni que no esté de acuerdo con muchos de sus planteamientos, ni que considere absurdo volver a intentarlo. Como nos recuerda la web sabiask.com, cuando Thomas Alva Edison inventó la bombilla, no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que uno de los discípulos que colaboraba con él en el taller le preguntó si no se desanimaba ante tantos fracasos. y Edison respondió: "¿Fracasos? No sé de qué me hablas. En cada descubrimiento me enteré de un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla".

Creo que ennoblece intentar que la política sea cuestión de todos, y que todos tengamos la cultura cívica de exigir y practicar nuestra responsabilidad como individuos políticos activos.

Pero lo que percibo es que muchos de los y las activistas de PODEMOS parten del error de creer que antes de a ellos a nadie se les había ocurrido una revolución parecida, que no hay nadie que sepa mil formas de como no construir la bombilla.

Esa suficiencia, me parece, les llega a despreciar a aquellos otros que escarmentados en cabeza propia y ajenas, intentamos alcanzar el mismo objetivo por otras vías.

Y lo que me aterra es que es muy fácil pasar del entusiasmo, del enamoramiento a primera vista, a un odio visceral y un descreimiento furibundo si el experimento no sale bien. En vez de aceptar que en el peor de los casos habrán descubierto otra forma de cómo no construir una bombilla, podrán verse embargados por un nihilismo que ha pavimentado los caminos de los totalitarismos.

Por eso, por el bien de todos, confío en que PODEMOS sea capaz de articular una metodología de trabajo eficaz. Si aciertan, seré el primero en proponerlo en mi Partido. Pero en el caso de que no ocurra, tendrán todo mi cariño por haberlo intentado, y haber descubierto otra forma de no construirlo.

Por cierto, Público, el digital que promocionó a PODEMOS no se hace eco de la noticia, por lo que no tendremos la óptica desde dentro del “aparato”. Lamentable.

jueves, 5 de junio de 2014

Socialismo, Monarquía y República. Mi visión como militante del PSOE.

Suelo explicar el pacto constitucional de 1978 como la renuncia de unos y otros a cuestiones importantes, e incluso claves, de los tres grandes grupos políticos que finalmente lo suscribieron. Para alcanzarlo, y una vez claro que todos defendían un modelo democrático de corte europeo, la izquierda debió aceptar la libertad de empresa, la propiedad privada, el derecho a la herencia y la monarquía. Por su parte, la derecha debió aceptar el derecho a huelga, la libertad sindical, la negociación colectiva y la financiación mediante una política fiscal progresiva, con impuestos directos incluidos, de un Estado de Bienestar, casi embrionario en los años 70.

Pero ese pacto, gravemente incumplido por la derecha y por la izquierda al PSOE, unos tratando por la vía de los hechos alterar el espíritu del pacto, otros rechazándolos como si con ellos no fuera la cosa, ha saltado por los aires de forma intencionada y controlada por una derecha neoliberal que consiguió para hacerlo una mayoría absolutísima en 2011.

La eliminación de la ultraactividad de los Convenios Colectivos, un hecho en que la mayoría de los y las ciudadanos no han reparado ni dado la suficiente importancia, ha destruido realmente la negociación colectiva, al convertirla en el paraguas tan solo de pequeños colectivos de trabajadores.

El encarcelamiento de ciudadanos por participar en piquetes informativos, ha sido la contribución combinada de la fiscalía y la derecha judicial a dicha dinamitación que en la práctica reduce fuertemente el derecho a huelga.

Por su parte, la libertad sindical está siendo socavada fuertemente por la derecha mediática y política, aprovechando los escándalos en los que se han visto involucradas algunas organizaciones sindicales de clase.

Y en relación al Estado del Bienestar, la política de ajuste y la bajada de impuesto ha sido la llave maestra para derribar sin pudor el Estado de Bienestar, aderezada con la Reforma Local, la modificación del Código Penal, las multas administrativas, etc.

Por ello, de aquel pacto constitucional sólo va quedando lo defendido por la derecha social-política en 1978: la propiedad privada, la libertad de empresa, la herencia, la monarquía y el Concordato.

De ahí mi convicción de que el PSOE debe sentirse emocionalmente liberado de cualquier compromiso adquirido, y debe volver a poner sobre la mesa sus demandas históricas, tanto las incluidas en nuestra Constitución como aquellas que quedaron fuera por mor del pacto.

Soy consciente que esto es muy complicado, no sólo intelectual sino también emocionalmente, para la dirigencia socialista que pilotó la transición. Sobre todo para compañeros como Felipe González, que demuestra conocer menos la sociedad española de hoy, de lo que demostró conocerla el compañero Rodolfo Llopis en 1970, durante el Congreso de Toulouse.

Por eso es necesaria una intensa regeneración en todos los niveles del Partido, además de un debate sosegado, pero sin líneas rojas, sobre cual debe ser nuestro posicionamiento. Y por supuesto no sobre la base exclusiva de referéndum sobre la monarquía.

Como ya he dicho con anterioridad, la República se inserta en el orden de lo moral, no de lo material: el principio de no ser gobernados por nadie a quien no hayamos tenido la oportunidad de elegir. Si renunciar a dicho principio moral fue útil alguna vez en el plano material (consolidar la democracia, asegurar derechos básicos, el Estado del Bienestar, etc.) hoy se ha convertido en parte de la estrategia para los que quieren arrebatarle a la sociedad todo lo conseguido.

Hay que ir hacia una reforma constitucional profunda, donde la monarquía será sin duda una de las cuestiones más emocionales en el plano moral, pero menos importantes en el plano material.

Lo que en definitiva algunos llaman un proceso constituyente, porque la sociedad española es tan fanática de los nombres como alérgica con las responsabilidades propias, que debe incluir, según mi opinión, la regla de diamante, defendida por la catedrática de derecho constitucional Rosario Valpuesta (que entre otras cosas supone que las conquistas que en el ámbito de los derechos sociales se han alcanzado no pueden ser derogadas o reformadas en términos que impliquen un retroceso, hasta el punto de que una ley que elimine, recorte o limite derechos sociales pueda ser declarada inconstitucional), la opción de la república presidencialista en contra de la tradición española de una república parlamentaria (esto es, si la elección del presidente es directa por parte del pueblo, o por las Cortes por delegación), la necesidad de dos cámaras, una el Congreso de los y las Diputadas y la otra un Consejo Económico y Social con competencias legislativas, la completa federalización de la Nación, la inclusión de cláusulas de incorporación o secesión a la federación española y la elección popular del Consejo General del Poder Judicial, entre otras muchas cuestiones.

Soy consciente que en el arrebato místico que sufren capas importantes de nuestra sociedad, cualquier llamada a la sensatez, la reflexión y la cordura está llamada a fracasar. Aún así, creo como Besteiro que socialismo es inteligencia, no misticismo, y por ello no renuncio a predicar, aunque sea en el desierto.

miércoles, 4 de junio de 2014

La República como tótem mágico

¿Es posible, desde un republicanismo pertinaz, imponer un poco de cordura al sarampión republicano que estos días sacude nuestra Nación?

En un torrente atropellado de argumentos, emociones e instintos, como los que estamos viendo actualmente, muchos ciudadanos han abrazado la causa republicana como si de un bote salvavidas se tratase.

Repúblicas las hay de todos los pelajes: totalitarias, teocráticas, hereditarias y democráticas. Repúblicas que han abrazado la causa neoliberal, también: desde las mediterráneas como Portugal, Italia y Grecia, hasta sudamericanas, como Chile, Brasil o Mexico, pasando por las norteamericanas, coreanas e indonesias.

Me temo que, una vez más, el ideal republicano está siendo secuestrado por un fervor místico, cual tótem mágico, y con cuyo sólo nombre la tierra se convertirá en el paraíso de la humanidad. Pero esto pasó no hace demasiado tiempo, unas cuantas décadas atrás, donde las palabras tótem eran democracia, libertad, amnistía y autonomía.

La República no se inserta en el orden de lo material, sino en el orden de lo moral. Una república no asegura unos bienes tangibles, como más empleo, mayor seguridad, menos desahucios, etc. sino que nos asegura la dignidad de no ser gobernados por nadie al que no hayamos tenido la oportunidad de elegir.

Posiblemente muchos, pero no todos, al pedir república estos días, consideran innecesario explicar que a lo que aspiran es a una tercera República continuista de la segunda. Pero aún así, no todo lo que trajo la II República fue bueno, además de no haber tenido tiempo de mostrar las miserias en las que derivan los sistemas políticos maduros. Habría que rescatar lo mejor de la República asesinada en 1936 y prevenirnos de lo peor que tuvo.

Pero movidos por la pulsión de la crisis, el hartazgo y la indignación, se pretende tomar el atajo del referendum para llegar a un puerto que nadie conoce, en unas condiciones imposibles de prever y con unas consecuencia que ya se advierten complejas, tanto si la opción republicana fuese derrotada como si fuese elegida por la gran mayoría de la Nación.

La República nos advertía en 1930, un año del advenimiento de la segunda, uno de sus padres, Manuel Azaña, no puede surgir como un mal menor, originado en la podredumbre y corrupción de un régimen, sino como criatura de nuestra energía, fecunda y activa, segura de sí misma.

Pero vemos como, lamentablemente, la admonición de Azaña vuelve a caer en saco roto ochenta años después.

domingo, 1 de junio de 2014

Lo que supone, y nadie dice, #1militante1voto


Como compartí en el post anterior, mi Agrupación del PSOE, y yo con ella, lleva años apostando por la elección directa de la secretaría general y las primarias abiertas. Pero el debate que se está produciendo en estos momentos no deja de sorprenderme por su simplicidad. Y no sólo por centrarse exclusivamente en la herramienta, es decir, en el como, que también, sino en la falta de diseño global del modelo de partido que subyace bajo la propuesta #1militante1voto.

Reflexionando y debatiendo con amigos y compañeros, tanto en persona como a través de las redes, he recordado a Descartes y su Método, leído hace ya demasiados años, sobre los peligros de construir sobre viejos muros.

Releyéndolo, he encontrado las citas que me interesaban, cuando dice que “Así vemos que los edificio, que un solo arquitecto ha comenzado y rematado, suelen ser más hermosos y mejor ordenados que aquellos otros, que varios han tratado de componer y arreglar, utilizando antiguos muros, construidos para otros fines” pero añadía “Ante cuyo ejemplo, llegué a persuadirme de que no sería en verdad sensato que un particular se propusiera reformar un Estado cambiándolo todo, desde los cimientos, y derribándolo para enderezarlo […] Estos grandes cuerpos políticos, es muy difícil levantarlos, una vez que han sido derribados, o aún sostenerlos en pie cuando se tambalean, y sus caídas son necesariamente muy duras”.

En este sentido, los y las militantes deberían tener en cuenta, desde la base hasta la dirigencia, que si se quiere meter el bisturí a nuestro Partido, necesidad que comparto, hay que hacerlo no sólo con prudencia sino también con una visión de conjunto.

Lo primero es aceptar que si bien la elección directa por parte de los y las militantes de la secretaría general es un paso en la buena dirección, este hecho refuerza el carácter presidencialista de nuestro Partido, ya que difícilmente a la legitimidad del voto mayoritario de la militancia se le podrá contraponer el poder de un congreso o un comité por voto delegado.

Por ello, para limitar ese natural e inevitable presidencialismo, y la deriva totalitaria que lleva aparejada, el carácter del Comité debe transformarse, pasando a ser elegido igualmente por votación directa y secreta de la militancia, tal vez por circunscripción regional.

Asimismo, hay que reforzar el Comité de Garantías, elegido por la misma fórmula, para asegurar un efectivo control estatutario del resto de órganos.

Lo segundo a tener en cuenta, es que las primarias abiertas a simpatizante va a genera liderazgos sobrelegitimados (por la suma del voto de militantes –la legitimidad interna-, y de simpatizantes –la legitimidad social-) que exige proteger al Partido, de forma que el contrapoder al candidato sea un poder orgánico vigoroso.
      
El PSOE, una vez más, está innovando, entrando en aguas ignotas y tal vez procelosas, muy por delante de sus adversarios políticos. Y como siempre, esto lleva aparejada una ventaja y un riesgo: si acierta, puede volver a convertirse en la referencia de la izquierda para varias décadas; si yerra, podrá ser su final tras 135 años de historia.