martes, 30 de octubre de 2012

Los felices años 20, versión española

En mis textos de EGB, al hablar de la crisis del 29, nos recordaban el estado de euforia de la sociedad norteamericana en los locos años veinte, aquella década en la que los norteamericanos no pensaba utilizar paraguas porque iban a vivir bajo un perpetuo y reluciente sol. Muchas veces, durante los primeros años del siglo XXI, recordaba, y compartía con amigos, aquella efervescencia social y la comparaba con la que observaba a mí alrededor.
      
Era la época en la que buscaba un piso para comprar y leía como por uno de 100 metros cuadrados en el palacio rehabilitado de calle Águilas, en Sevilla, pedían un millón de euros, u otro en el edificio rehabilitado de “7 puertas” de calle Puente y Pellón, subía a la friolera de 600.000 euros, por menos de 100 metros cuadrados. También era la época en la que observaba como a mí alrededor se rehipotecaban las viviendas para cambiar coches, financiar viajes, etc.
   
Cuando veía sobreendeudarse a muchas personas de mí alrededor, pensaba entonces, y me reafirmo ahora, que si se hacía para adquirir bienes y servicios útiles, podía darse por bien empleado. Es decir, si se endeudaba para dar formación a los hijos, o adquirir nuevas experiencias en el extranjero o comprar bienes tecnológicos, por ejemplo, realmente era una inversión y no un gasto, sin dejar de ser conscientes que los excesos de hoy hay que pagarlo mañana. En cambio, endeudarse para ir a la feria por todo lo grande, celebrar la primera comunión de la niña como si fuese una boda, o competir con el cuñado para ver quien adquiría el vehículo más grande y lujoso, era una solemne imbecilidad.
   
A pesar de lo que en este momento podemos pensar, durante estos diez años España se ha dotado de un altísimo nivel de infraestructura, centros de investigación de primer orden, introducido plenamente las nuevas tecnologías, se ha abierto al mundo, pero sobre todo la sociedad española se ha resintonizado con Europa (viajes particulares, becas Erasmus, intercambios, uso intensivo de las nuevas tecnologías, etc.) de un modo impensable hace cuarenta años. Todo eso forma un capital intangible que movilizado puede hacer impulsar de nuevo a nuestras sociedades.
   
Soy consciente que el impacto emocional de la crisis actual impide ver la salida al túnel. Pero de igual manera que tras el abismo de la crisis del 29, Estados Unidos salió fortalecido (aunque fuese mediante una guerra mundial), si sabemos aprovechar todo ese caudal de experiencia, formación, infraestructura y cultura, podemos no sólo salir de la actual crisis sino además salir fortalecidos.

lunes, 29 de octubre de 2012

Palabra de troll

Hace un año aproximadamente, hasta enero del presente, sufrí una infección vírica de esas que en Internet llaman troll que nuestra insustituible Wikipedia denomina como una persona que publica mensajes provocativos, irrelevantes o fuera de tema en una comunidad en línea, como un foro de discusión, sala de chat o blog, con la principal intención de provocar o molestar, con fines diversos y de divertimento, a los usuarios y lectores en una respuesta emocional o, de otra manera, alterar la conversación normal en un tema de discusión, logrando que los mismos usuarios se enfaden y se enfrenten entre sí.
      
Este blog, que tienes la amabilidad de leer, estaba abierto a toda participación, pero tras la infección trollera debí cambiar de metodología y supervisar la publicación de los mismos. Ello sin duda provocó que los agentes patógenos abandonaran dicha costumbre, despreciándome con su indiferencia.
  
Pero este fin de semana, releyendo los mismos, he pensado que puede ser instructivo, entretenido e incluso divertido, publicar algunos de los que impedí en su momento. No lo haré con aquellos que afectan a terceros imputándolo de faltas y/o delitos, y me limitaré a los que me ponían a bajar de un burro, con la intención de afectarme emocionalmente, cosa que evidentemente quedaba muy lejos de dichos trolleros.
  
Un tal Anónimo me envió uno en relación al post Dos hombres que orinan hablando de golf y se marchan sin lavarse las manos, uno de los de mayor éxito por otra parte, que decía:

Eso de la ejemplaridad pública es para descojonarse. Estos bufones de palacio son extremadamente graciosos,pero entre ellos se llevan a matar porque son arribistas que quieren "blindar" sus empresas,colocar mediante "dedazo" a familiares, es decir estan ahí por cuotas de poder y no para servir al ciudadano, al trabajador, al desempleado. Situación: que hubiera pasado si los señores que orinan en urinarios contiguos saben que eres homosexual -quiero decir, que te gustan las churras-. Respuesta: no las sacan. Así de sencillo; ya que eres defensor acérrimo de la ideología de género, podrías proponer la creación de aseos específicos para la diversidad de colectivo que defiendes. Podrías empezar con tu colega Cerolo experimentando el exquisito barrio de Chueca. Hipersurrealista, esto no se ha visto ni en las alucinaciones oníricas de Fellini
 
Claro que lejos de sentirme insultado, halagó mi vanidad al compararme con Fellini. Honor que no me concedió un tal Marco Tullio Giordana que me remitió el siguiente comentario a mi post De Capitán Trueno a Fascista Basura:
  
Al Sr Pablo Morterero; todos sus discursos, speech y soliloquios autocomplacientes parecen tener un denominador común la prepotencia de un ser abyecto que parece querer escapar del estigma que posiblemente le generó la psiquiatría en otro tiempo (Aquilino Polaino y otros insignes expertos, siguen manteniendo idéntico posicionamiento al respecto) y hace un proselitismo feroz sobre asuntos tan delicados para la convivencia entre los españoles como la memoria histórica. Mire, don Pablo Morterero,existe una gran mayoría de españoles que depositamos nuestra confianza en el primer gobierno de Zapatero y hemos comprobado que los hitos o "conquistas" en las pasadas legislaturas han sido un verdadero fiasco caracterizadas por lo superfluo,lo banal y lo rayano en la frivolidad. Si presume tener conocimientos avanzados en historia de España debería saber que hubo un pacto tácito de todos los que intervinieron en la Transición (Carrillo y González, entre otros) de no tocar la Historia inmediata
 
Ese mismo post provocó un comentario de un tal Alfonso que me escribía:
  
Actualmente, proliferan por estos lares "autodidactas" que hablan como psicólogos porque han leído "psicopatología de la vida cotidiana" de Freud en edición de bolsillo sin entender nada,por cierto; que emulan a algún periodista de prestigio porque la falta de pureza y originalidad les lleva a un desenfrenado don del préstamo-, que ejercen o se autodenominan historiadores, pero yo diría que son escribas, porque “beben” de las hemerotecas…, ¿qué hay en las hemerotecas? Periódicos. Yo no os enviaría a cavar fosas, más bien os entregaría un pico y una pala y os pondría a cavar zanjas en época de canícula.
   
Aunque no se si es mejor, la amenaza de cavar zanjas, o el sentido de humor de un tal ZP Responde, que al post ZP, te lo ruego. Carta abierta al compañero José Luis Rodríguez Zapatero me escribía:
  
Felices Fiestas republicanas, coleg@ Mortadel@!!! Ya está aqui la derechona, ya llegaron los rancios que se cargaron a mi abuelito: el capitán Lozano. Cuando leo en tu blog la historia de tus antepasados republicanos me hierve la sangre, con lo buena gente que tenía que ser tu abuelo... Cambiando de tema, la partysocial sigue en pie. Pepiño y yo pretendemos que sea el próximo 6 de enero. Por cierto; a la Chacón no la invito porque es una traidora sin talante de ceja. He hablao con mi Sonsoles y mis hijas (una de ellas va de Alice Cooper y la otra Gene Simmons) y hemos pensao conjuntamente y con consenso que, como te va el rollito argentino de el Luppi y la Roth, te podías disfrazar de "Dante" de la peli Martín (Hache). En ese papel hubieras estao mejor que Eusebio Poncela o, mejor aún,de "La Manuela" el travesti gay de Un lugar sin límites. En cualquier, caso tu eliges que pa eso yo he potenciao esta democracia.
   
En fin, o peña muy aburrida o muy trastornada. Y para ese diagnóstico no hace falta DSM mediante.

domingo, 28 de octubre de 2012

Las deshoras de Juan Ignacio Zoido

¡Qué le vamos a hacer! A Juan Ignacio Zoido, la alcaldía de Sevilla le ha venido grande. Tan grande como su frustración, ya que el muchacho ha puesto tanto empeño en la tarea que ahora debe ser terrible que todo el mundo vea sus vergüenzas al aire.
        
Y no porque yo lo diga (ni porque yo lo valga), sino porque voces más autorizadas que la mía empiezan a poner por escrito lo que vengo sosteniendo en los últimos meses: que en menos de un año y medio Zoido ya demostrado que será un pésimo alcalde de Sevilla.
      
Comprendo que los veinte concejales y los aplausos del Corpus le llevara a sentirse flotar a la altura del giraldillo, con toda Sevilla a sus pies. Pero en ese momento debería haber recordado la anécdota, posiblemente falsa pero reiterada desde hace más de cien años, de Alfonso XII a su entrada en Madrid como nuevo rey. Ante el entusiasmo de las masas, el jovencísimo Alfonso exclamó ¡como me aplauden! Dicen que un muchacho que había cerca le respondió: ¡Pues esto no es nada, majestad! ¡Debía habernos escuchado cuando echamos a la puta de su madre! Se trata, sin duda, de esos atávicos sentimientos patrios que aún no hemos podido desterrar, y que nuestras élites sevillanas tienen por esencia: derribar tan rápido como encumbramos.
  
El sueño hispalense de Zoido, (que sin duda se soñó un Trajano, un Adriano), era sintonizar Sevilla con la historia, y de ahí su símil relojero: haré que Sevilla funcione como un reloj suizo.
   
Y lo que son las cosas, habría sido mucho más realista si hubiera exclamado como aquel cabildo catedralicio: ¡Ganemos unas elecciones de tal manera, que las generaciones venideras tomen a los sevillanos por locos!
    
Porque hasta observadores tan sobrios como Carlos Marmol, subdirector de Diario de Sevilla, no cejan de escandalizarse de la incapacidad de Zoido para la alcaldía. ¡Anda que no se habrá quedado a gusto Marmol, cuando ha publicado hoy en su columna La Noria: al gobierno del PP le ocurre lo mismo. Ni es infalible, ni perfecto, ni intocable. Más bien parece un perfecto desastre!

sábado, 27 de octubre de 2012

Fulbright: Quien no te conozca, que te compre

Para la mayoría de españoles, el término Fulbright no le sonará a nada. Para unos cuantos, Fulbright es señal de expediente brillante y profesional prestigioso. Lo que la mayoría ignora es que sus vidas están regidas por un sanedrín de exbecarios Fulbright.
       
Según wikipedia, el Programa Fulbright («Fulbright Program») es un programa de ayudas educacionales —Asociaciones Fulbright («Fulbright Fellowships») y Becas Fulbright («Fulbright Scholarships»— patrocinado por la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales («Bureau of Educational and Cultural Affairs») del Departamento de Estado de los Estados Unidos, los gobiernos de otros países y el sector privado.
   
El Programa nació al finalizar la Segunda Guerra Mundial, por iniciativa del entonces Senador de Arkansas J. William Fulbright, con la esperanza de que al fomentar el intercambio entre estadounidenses y ciudadanos de otras naciones, se eliminarían las bases de futuros conflictos al fomentar la tolerancia y el entendimiento mutuos.
  
Se considera uno de los programas más prestigiosos del mundo y funciona en 144 países. Más alumnos de Fulbright han ganado el Premio Nobel (incluyendo dos Nobel en el año 2002) que el de cualquier otro programa académico. El Programa Fulbright proporciona fondos para estudiantes, eruditos y profesionales para emprender estudio de graduación, investigación avanzada, enseñanza en la universidad y enseñanza en escuelas elementales y secundarias al exterior. El alcance inicial de este programa se centró en Europa, pero hoy el programa funciona en todo el mundo.
   
Para conocer la historia del programa Fulbright y España, podemos confiar en William Chislett, periodista y escritor, corresponsal de The Times, de Londres, en España y posteriormente en Mexico, autor de 20 libros y colaborador habitual del Real Instituto Elcano, uno de los thin tank conservadores más importante de España junto a la aznarista FAES.
   
Pues bien, Chislett, en un artículo titulado “Fulbright: 50 años en España”, escribía que <<Según un informe interno de EE UU, elaborado en 1956, el propósito del Programa era “hacer que los españoles confiaran en la capacidad de Estados Unidos para liderar y defender al mundo de la amenaza comunista, a través de un mayor conocimiento de su historia, cultura, economía y técnicas científicas.”>>
  
El excorresponsal de The Times añadía: “Durante estos 50 años se ha creado una enorme red informal de contactos que ha sido y sigue siendo muy útil para los dos países. Como era de esperar, un número significativo de becarios Fulbright españoles han alcanzado posiciones de liderazgo, tanto en el sector público como en el privado.”
  
¿Quiénes han sido beneficiados por estas becas Fulbright que en palabras de William Chislett ha funcionado para “confiaran en la capacidad de Estados Unidos para liderar y defender al mundo”?
  
Son mucho nombres, más de 2.500 en más de 50 años, pero según este autor, “probablemente, el más distinguido de estos becarios sea Javier Solana, un profesor de Física del estado sólido, quien, en su época universitaria, era muy crítico con la OTAN y años más tarde se convirtió en su Secretario General y luego Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea”.
  
Pero la lista, nunca pública, es mucho más amplia y sorprendente, ya que incluye a lo más granado de la inteligencia de nuestro Partido, como el compañero Josep Borrel, exministro y excandidato socialista a la presidencia del gobierno, el compañero Miguel Sebastián, exministro con el compañero José Luis Rodríguez Zapatero, el compañero Pascual Maragall, exalcalde de Barcelona, o la ministra favorita del cibermundo, Ángeles González-Sinde. Por el bando de la derecha encontramos a Pilar del Castillo, exministra de Aznar. En el mundo de la economía son exbecarios Fulbrigh el director de REPSOL-YPF Luis Alberto Mañas. Y en el mundo de la cultura encontramos el escritor Miguel Delibes, y al director de cine Daniel Sánchez Arévalo, y el historiador Santos Juliá.
   
Naturalmente, disfrutar de una beca Fulbright no significa que automáticamente el beneficiario se convierta en un agente infiltrado norteamericano. Pero sí es cierto que tras regresar de los Estados Unidos, cualquier becario se habrá empapado de un discurso neoliberal que trasladará, incluso inconscientemente, a todos sus análisis y propuestas.

Por eso, si mañana tenemos que elegir a un compañero o compañera, pidámosle su Curriculum Vitae. Y si ha sido becario Fulbright, deberíamos decirle aquello de quien no te conozca, que te compre.

jueves, 25 de octubre de 2012

Socialistas: yo tengo la solución

Estimado lector, el título de este post sólo tiene el objetivo de llamar tu atención y llevarte a leerlo, porque aunque tengo una “solución” a los problemas del PSOE, sería pedante por mi parte tener la certeza de que se trata de la “solución”. Pero sí quiero compartirla e incluso debatirla contigo.
     
En una conversación con un amigo vía facebook, entorno al artículo de opinión de Isaac Rosas en eldiario.es, “El PSOE como puntal de una casa en ruinas”, escribía lo siguiente: “En mi opinión, en el congreso federal celebrado en Sevilla había dos opciones: apretar filas y aguantar (Rubalcaba) o dar el salto y arriesgar (Chacón) pero ambas opciones (yo apostaba por la segunda) adolecían del mismo hándicap: seguían sin reconocer no los últimos errores de ZP, sino algunos muy anteriores, como señala Isaac Rosa. El problema” seguía diciendo “es que al aceptar la lógica neoliberal (o el contrato social neoliberal, como dije en mi penúltimo post) el socialismo del PSOE se condenaba a terminar en esta situación, era cuestión de tiempo. Hay que rebobinar, regresar al "pecado original" y establecer una hoja de ruta, posiblemente no rupturista, pero sí públicamente enfocada a superar el neoliberalismo y establecer un "nuevo contrato social" de orientación socialista.”
  
Y vuelvo a insistir en lo escrito en mi post de este mismo blog titulado “¿Qué quiere ser el PSOE de mayor?”: la solución pasa, primero, por reconocer de nuestros labios (del Comité Federal, por ejemplo) un relato coherente de lo sucedido, sin dejar de reconocer todos los errores desde 1975 (que en mi opinión pasa por asumir que nunca debimos aceptar la lógica neoliberal); en segundo lugar, la renuncia de la dirigencia más significativa del Partido para seguir asumiendo responsabilidades (incluidos casi todos los miembros del Comité Federal); y en tercer lugar, plantear a la sociedad un nuevo “contrato social” basado en postulados socialistas aunque realista y gradualista, en línea por lo defendido por Pablo Iglesias y Julián Besteiro en el pasado.
  
Se trata de una amarga medicina, emocionalmente insoportable para muchos y muchas compañeras, sin duda. Significa poner en cuarentena, aunque sea temporalmente, a muchos de las y los compañeros que han dirigido nuestro Partido en los últimos treinta años. Pero como yo sí considero que son buenos socialistas, estoy seguro que terminarán comprendiendo la necesidad de éste último sacrificio en pos del socialismo y de nuestro venerable y centenario Partido.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Marxismo de Ida y Vuelta

Curiosamente, a la vez que la izquierda abandonaba el marxismo como dialéctica y como praxis política, el neoliberalismo fue asumiéndolo en sus dos vertientes, aceptando por una parte que la historia humana se basa en un enfrentamiento entre clases sociales, y por otra que la batalla actual también se libra entre clases sociales.
     
Así de sencillo lo manifestaba Warren Buffett en sus memorias: “Claro que hay una lucha de clases, pero es mi clase, la clase de los ricos, la que está librando esta guerra. Y la estamos ganando”. Hay que recordar que Buffett es la tercera fortuna del mundo, y dueño de Berkshire Hathaway, la octava más grande del planeta, propietaria del 12,6% de American Express, el 8,6% de Coca Cola o el 12,5% de la temida Moody's, entre muchas otras empresas.
   
Por ello no es extraño el empeño del neoliberalismo de erradicar de las universidades cualquier elemento que sugiriera la virtud de la teoría marxista. Tal y como nos comentaba el catedrático José Luis Osuna, experto en evaluación de políticas públicas, una de las medidas fue la eliminación de la planificación económica de las facultades de economía.
   
Pero sí es paradójico el empeño de la izquierda europea en arrinconar no ya el programa de máximos de la doctrina marxista, sino incluso su dialéctica, su teoría para interpretar la historia.
  
Besteiro ya nos advertía que “Generalmente, cuando se combate al marxismo se le combate como si fuese un sistema perfecto de verdades eternas, una especie de religión, un sistema dogmático o una concepción moral. Se dice muchas veces: el Socialismo es la religión nueva. ¡La religión nueva! ¡Qué va a ser!, si el espíritu del Socialismo, lejos de ser un sistema de verdades dogmáticas, no es ni siquiera un sistema; el Socialismo es un método, es un modo de acción, es un camino para investigar la verdad en los problemas históricos y sociales y un camino a seguir sólida y reciamente para operar una verdadera transformación social; pero como método, el Socialismo está compuesto de leyes, está compuesto de la enumeración de los hechos, está compuesto de teorías. Las teorías del marxismo, como todas las teorías científicas, no necesitan ser absolutamente verdades, ni pueden desecharse porque se aduzca una instancia contraria. A las leyes y a las teorías científicas les basta con ser relativamente verdaderas. Y precisamente, cuando al aplicarlas se ven los defectos de detalle que puedan tener, entonces es el momento preciso para corregirlas y laborar por su cada vez mayor perfeccionamiento.”
  
Resultaría irónico, sino fuera por la tragedia que supone, que sea el enemigo objetivo de Carlos Marx, el capitalismo, el que mayor rendimiento le esté sacando a sus trabajos teóricos. Pero nunca es tarde para reconocer el error y recuperar al viejo Marx. Aunque sea por imitar a Buffett y su gente.

domingo, 21 de octubre de 2012

El fracaso del “contrato social” neoliberal.

La praxis neoliberal, que aceptó el PSOE desde los años ochenta, propugnaba un nuevo contrato social. Por una parte, Estado y sociedad debían limitar el endeudamiento público, eliminar el incremento salarial por encima de la inflación para mantener la competitividad, y crear marcos regulatorios laxos y órganos de control independientes del poder político estatal. A cambio, los mercados asegurarían lo que se llamaba el “círculo virtuoso”: baja inflación, alto crecimiento económico, creación de empleo. Lo que todo ello nos llevaría al bienestar generalizado para nuestras sociedades.
    
En España, el Estado, gobernado por el PSOE, y su sociedad, mediatizada por sus organizaciones sociales y sindicales, cumplió su parte del contrato. A lo largo de dos décadas, el Estado redujo su deuda pública a los niveles más bajos de la Unión Europea, los salarios apenas ganaron unas décimas de capacidad de compra, y se relajó el marco regulatorio a la vez que entidades como el Banco de España, alcanzaron un nivel de independencia del poder estatal suficiente para las teorías liberales.
 
En cambio, los mercados y sus representantes políticos, el PP, incumplieron manifiestamente su parte del contrato. Ni los entes regulatorios independientes del poder estatal, como el Banco de España, cumplieron el mandato de “controlar” a las fuerzas del mercado incluido el Estado, ni los mercados asignaron racionalmente los recursos, inflando la burbuja inmobiliaria, ni los gobierno pro-neoliberales en las Comunidades Autónomas redujeron su deuda, bien al contrario la aumentaron exponencialmente, al punto de ser en la actualidad las administraciones públicas gobernadas por los socialistas de 1996 a 2011 las que mantienen las tasas de endeudamiento más bajas (como Andalucía y Sevilla) y las gobernadas por el PP las más altas (Valencia, Comunidad de Madrid, ciudad de Madrid, etc.), además de utilizar sus cajas de ahorros para inflar la burbuja inmobiliaria (no en balde las cajas peor gestionadas han resultado las dependiente de Comunidades gobernadas desde los 90 por el PP y las de la Iglesia Católica).
  
El contrato social pergeñado por el neoliberalismo se ha traducido en un fraude total. Aunque ahora intentar culpabilizar a quien lo cumplió, como el Estado. Porque en la teoría neoliberal, la burbuja inmobiliaria debía haber sido controlada por los entes regulatorios independientes (en España, el banco central) y los mercados, que se suponen asignan de forma eficiente los recursos. Pero se argumenta ahora que debería ser el Estado (fiel cumplidor de su parte del pacto) el que debía haber controlado a los mercados y al Banco de España, para lo cual carecía de competencia debido a su independencia promovida por el propio neoliberalismo, y limitado un Estado de Bienestar que dictaminan insostenible.
  
El fracaso del comunismo soviético fue su incapacidad para cumplir su “contrato social” de ofrecer niveles de bienestar (empleo, salud, educación, servicios sociales, etc.) suficiente a las poblaciones de los territorios en los que operaba, cosa que sí hacía el capitalismo democrático con el “contrato social” del estado del bienestar, allí donde gobernaba.
  
Veinte años después, desde las filas del neoliberalismo nos afirman que el estado del bienestar del capitalismo democrático es inviable por insostenible, lo que al igual que el comunismo soviético determina su fracaso. Es decir, ni el comunismo soviético ni el capitalismo democrático es capaz de ofrecer niveles de bienestar suficiente a sus poblaciones. Pero al contrario que en el caso del comunismo soviético, el neoliberalismo nos prescribe resignación.
  
No. Ante dos modelos fracasados hay que propugnar un modelo alternativo de contrato social que pueda asegurar dichos niveles suficientes de bienestar a sus poblaciones.
  
Y por ello, podría haber llegado la hora del socialismo democrático autogestionario.