domingo, 25 de septiembre de 2011

¿Responsabilidad? ¿Mande?

Una constante de este blog, querida lectora o lector, es mi empeño en destacar la necesidad de asumir la responsabilidad individual y colectiva en los acontecimientos de cada día. Si un menor, por ejemplo, es atropellado por un autobús justo a la entrada de una estación de autocares, la primera responsabilidad recae en el menor que corrió a recoger su monopatín que había terminado en medio de la calle, y no, como pretenden sus padres, que la culpa sea de todo el mundo, incluido dos concejales, por no haber ordenado pintar un paso de peatones delante de la pista de skate. ¿Habría ello evitado que el menor hubiera renunciado a recoger su monopatín, que había terminado en medio de la calzada, sin mirar si venía algún automóvil? Seguramente no. Pero culpar a alguien de afuera en vez de aceptar la responsabilidad de su hijo, e indirectamente suya en lo ocurrido (por no haber educado convenientemente al menor) es emocionalmente tranquilizador. Además de ampliar las posibilidades de conseguir indemnizaciones por varias vías, naturalmente.

Traigo esto a colación por las últimas noticias sobre el accidente que protagonizó José Ortega Cano en el que falleció un hombre, que evidentemente no era él. Tras su salida del Hospital Virgen Macarena (y no Virgen de la Macarena como se publicitó en algunos noticiarios de televisión) mostró su contrición por lo sucedido, y en días posteriores señaló su pena por el fallecimiento de Carlos Parra. Pero sus actos posteriores desmienten sus palabras.

Algunos, especialmente tertulianos de televisión, justifican el derecho de utilizar todos los mecanismos legales para defenderse. Esto es una obviedad. Pero de lo que se trata es constatar si Ortega Cano asume o no su responsabilidad. En el primer caso, sobra su defensa, en el segundo, sobran las disculpas y las lágrimas.

Si Ortega Cano fuese el hombre que todos creían al verlo torear en la plaza, debería reconocer lo que dicen los análisis técnicos, que había consumido alcohol, y que ello le llevó a tener el accidente, pedir disculpas y aceptar la petición de la acusación y la fiscalía.

Posiblemente los tribunales descartarán los análisis de sangre, por cuestiones de tipo legal que no técnico, que demuestran que Ortega Cano iba borracho. Posiblemente se defenderá panza arriba con buenos servicios jurídicos y saldrá absuelto si hay juicio.

Pero ello no nos evitará la convicción que borracho chocó contra otro vehículo provocando la muerte de un hombre. Ni nos ocultará la falsedad de sus lágrimas y sus disculpas, ya que si hubiera asumido su responsabilidad, tras pedir disculpas a la familia del fallecido les habría evitado el terrible juicio legal y mediático al que está sometida.

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