martes, 27 de septiembre de 2011

La oportunidad de la crisis

Muchos se han escandalizado por las palabras de Alessio Rastani, afirmando que sueña con la crisis para hacer más dinero, ha incomodado a algunos y escandalizado a casi todos, al punto que nuestra vicepresidenta Elena Salgado no ha dudado de calificarlo de “loco” e “inmoral”.

Pero esta reacción, lógica por otra parte, sólo nos demuestra que pocos han aprendido el valor de la crisis, y esos pocos han sido los “agentes” de los mercados.

Una crisis económica como la que estamos padeciendo es una verdadera tragedia para el que ha perdido su empleo, o su casa. Pero para la gran mayoría de la sociedad, una crisis debería ser una oportunidad para reflexionar y cambiar aquello que en tiempos de bonanza nadie quiere o se atreve a cambiar. Lamentablemente, la gran mayoría de la población, vive la crisis como una amenaza y ello le lleva a no reaccionar y dejarse llevar por el miedo. De hecho esta reacción lejos de ser casual viene alimentada por el capital a través de sus medios de comunicación, que aprovechando una reacción natural intenta aprovechar la crisis para cambiar el mundo a su gusto.

Pero de igual manera, los y las ciudadanas de a pie podríamos sacar partido a la crisis, si fuésemos capaces deliberarnos de ese miedo natural e inducido.

La recomendación de San Ignacio de Loyola, “en tiempos de tribulaciones no hacer mudanzas”, ha quedado desfasada de igual manera que el dicho “el buen paño en el arca se vende”. No. En los tiempos en los que nos ha tocado vivir, los tiempos de tribulación son en los que hay que realizar los cambios sociales y personales que en tiempos de abundancia no son aceptables.

Seamos sinceros: ¿no hemos sentido en los “buenos años” de 2004 a 2007 que algo no iba bien, que tanta abundancia, despilfarro, etc. no terminaba de parecernos bien? Pero en ese momento, nos resistiríamos a cualquier propuesta de cambio porque si todo iba bien ¿para qué cambiar?

Ahora, al contrario, es el momento para cambiar personal y socialmente. Tenemos que pensar como Alessio Rastani y preguntarnos qué de bueno podemos sacar de la crisis. La respuesta de Rastani, y como él la de la mayoría de los “agentes” del mercado (operadores, fondos de inversión, agencias de calificación, etc.) está clara, ganar aún más dinero. Pero la nuestra, la de la ciudadanía a pie de calle seguro que es diferente: modificar leyes, mecanismos y tradiciones para construir una sociedad más justa, más libre y más solidaria.

Si no lo hacemos, seremos los “paganinis” de la crisis una vez más, Rastani y los suyos se habrán quedado con todo el pastel, y el mundo irá a peor.

Pero si somos capaces de liberarnos del miedo que nos atenaza, de pensar que esta crisis es la oportunidad que esperábamos para cambiar el mundo, ni las agencias de calificación, ni la gran banca, ni los medios de comunicación podrán impedirnos, a ti, a mí, a nosotros, aprovechar esta crisis para construir el mundo que hace cinco años sabíamos imposible de alcanzar.

domingo, 25 de septiembre de 2011

¿Responsabilidad? ¿Mande?

Una constante de este blog, querida lectora o lector, es mi empeño en destacar la necesidad de asumir la responsabilidad individual y colectiva en los acontecimientos de cada día. Si un menor, por ejemplo, es atropellado por un autobús justo a la entrada de una estación de autocares, la primera responsabilidad recae en el menor que corrió a recoger su monopatín que había terminado en medio de la calle, y no, como pretenden sus padres, que la culpa sea de todo el mundo, incluido dos concejales, por no haber ordenado pintar un paso de peatones delante de la pista de skate. ¿Habría ello evitado que el menor hubiera renunciado a recoger su monopatín, que había terminado en medio de la calzada, sin mirar si venía algún automóvil? Seguramente no. Pero culpar a alguien de afuera en vez de aceptar la responsabilidad de su hijo, e indirectamente suya en lo ocurrido (por no haber educado convenientemente al menor) es emocionalmente tranquilizador. Además de ampliar las posibilidades de conseguir indemnizaciones por varias vías, naturalmente.

Traigo esto a colación por las últimas noticias sobre el accidente que protagonizó José Ortega Cano en el que falleció un hombre, que evidentemente no era él. Tras su salida del Hospital Virgen Macarena (y no Virgen de la Macarena como se publicitó en algunos noticiarios de televisión) mostró su contrición por lo sucedido, y en días posteriores señaló su pena por el fallecimiento de Carlos Parra. Pero sus actos posteriores desmienten sus palabras.

Algunos, especialmente tertulianos de televisión, justifican el derecho de utilizar todos los mecanismos legales para defenderse. Esto es una obviedad. Pero de lo que se trata es constatar si Ortega Cano asume o no su responsabilidad. En el primer caso, sobra su defensa, en el segundo, sobran las disculpas y las lágrimas.

Si Ortega Cano fuese el hombre que todos creían al verlo torear en la plaza, debería reconocer lo que dicen los análisis técnicos, que había consumido alcohol, y que ello le llevó a tener el accidente, pedir disculpas y aceptar la petición de la acusación y la fiscalía.

Posiblemente los tribunales descartarán los análisis de sangre, por cuestiones de tipo legal que no técnico, que demuestran que Ortega Cano iba borracho. Posiblemente se defenderá panza arriba con buenos servicios jurídicos y saldrá absuelto si hay juicio.

Pero ello no nos evitará la convicción que borracho chocó contra otro vehículo provocando la muerte de un hombre. Ni nos ocultará la falsedad de sus lágrimas y sus disculpas, ya que si hubiera asumido su responsabilidad, tras pedir disculpas a la familia del fallecido les habría evitado el terrible juicio legal y mediático al que está sometida.

sábado, 10 de septiembre de 2011

ETA se equivocaba…

Parafraseando al llorado Alberti, ETA se equivocaba. Creyó que la solución era la lucha armada, que el terrorismo era la llave para cambiar la Constitución. Se equivocaba….
Porque en menos de dos años, los mercados han conseguido en España lo que no ha conseguido ETA en cuarenta: diseñar una Constitución a su gusto. Es cierto que el sufrimiento causado por los mercados es mucho mayor que el causado por ETA: cuatro millones de parados, cientos de miles de desahuciados, millones de personas que entran en la pobreza. Así que podemos concluir que el terrorismo de ETA además de malvado, era idiota. Sólo conseguían hacer sufrir a unos cuantos y terminar todos ellos en la cárcel.
Ya no les queda tiempo, si es cierto lo que se publica. Pero a ETA le habría ido mucho mejor creando un “hegde fund” con el mal llamado “impuesto revolucionario” (directamente extorsión) y haberlo utilizado para especular contra la Deuda del Reino de España. Algo así como ETASA. Eso sí que habría servido para cambiar la Constitución, no sólo para quedarse con Navarra y el Condado de Triviño sino incluso con las Canarias e Ibiza.
El terrorismo además de malvado suele se idiota, es evidente. Pero ahora que caigo, si la crisis ha provocado dolor colectivo, extorsión legal y cambio constitucional… ¿no serán porque los mercados son también terroristas y aún no nos hemos enterado?