sábado, 21 de agosto de 2010

Anabolic Party

Hoy me siento generoso, debe ser el aburrimiento de un sábado por la tarde en una ciudad del interior, con treinta y tantos grados en el exterior. Y avalado por el refrán, del enemigo el consejo, me voy a atrever a dar uno a nuestros amigos de la derecha radical neoliberal (DRNL), esa doctrina totalitaria que andan impulsando aquí y allá con gran entusiasmo nuestro musculazo expresidentes Aznar.
Me extraña, pero no he observado que nuestros chavalotes de la derecha de toda la vida de dios hayan importado esa simpática mesa camilla que es el Tea Party. Se trata sin duda de un error garrafal que debe ser estudiado con ahínco por parte de los sesudos (y bien pagados, que para eso lo valen) muchachos de la FAES.
Pero reitero, como me siento generoso, les voy a proponer un movimiento radical neoliberal totalitario a la española que deberían denominar “Anabolic Party”.
¿Verdad que hay que ser desinteresado para ofrecer gratis una idea tan genial? Porque desde luego, vistos los comportamientos de algunos líderes de la DRNL española, casi no cabe la duda, y no lo digo por esas tabletas abdominales que algunos lucen, propia de la crisis de los cincuenta que a otros les da por cambiar de legítima (o ilegítima), de auto o de casa.
He leído por ahí que las personas que abusan de los anabolizantes, además de ver reducida sus gónadas a la mínima expresión cosa que no nos atrevemos a comprobar, muestran algunas alteraciones del comportamiento, realmente alarmante. Se afirma que puede ocasionar importantes trastornos psiquiátricos, causando extrañas alteraciones del estado de ánimo, que incluyen síntomas similares a los maníacos y que llevan a episodios violentos, incluso homicidas. A veces se observa depresión cuando se dejan de tomar los esteroides, lo cual puede contribuir a la dependencia.
Así, investigaciones recientes indican también que muchos usuarios pueden sufrir celos paranoides, irritabilidad extrema, delirio y alteraciones del juicio que surgen de sentimientos de invencibilidad.
¡Que nadie se escandalice! Que no estoy describiendo el comportamiento de nuestro simpático ex presidente del gobierno de la Nación, señor Aznar. Claro que algunos, no sin cierta razón, pueden afirmar que el comportamiento de don Josemari describe, palabra por palabra, el comportamiento de los que abusan de anabolizantes (v.g. esas alteraciones de ánimo, ora con melena, ora sin bigotes; ese ardor guerrero por llevar la guerra con él, desde Irán a Venezuela, de Melilla a las Provincias Vascongadas; ese gesto desabrido cuando se le pregunta por las armas de destrucción masiva que tan seguro estaba ocultaba el dictador Hussein; esa ensoñación de que España, con apenas cincuenta millones de habitantes y solamente 500.000 kilómetros cuadrados está llamado a ser, de su mano, el gran gendarme del Mundo).
Me refiero al comportamiento social de la DRNL que muestra un carácter bipolar, donde pasamos a sus ojos de ser el fanal que ilumina al mundo (durante la hégira del Josemari el Grande) al agujero donde la ven ahora; esa irritabilidad tan descontrolada que muestran sus voceros en la COPE e Intereconomía; esa convicción de solucionar todos los problemas del país e incluso del mundo a mamporro limpio. Estoy casi seguro que la Derecha Radical Neoliberal Española ingiere ingentes cantidades de anabolizantes ideológicos y emocionales, prescritos y dosificados por sus gurús como Rouco Varela, Jimenez Losantos, Enrique de Diego, Eduardo García Serrano, Carmen Tomás, Agapito Maestre, Alfonso Rojo, Isabel Durán, Carlos Dávila, Miguel Ángel Rodríguez, Alejo Vidal-Quadras, Gustavo de Arístegui, Xavier Horcajo, Román Cendoya, Miguel Durán, Carmen Gurruchaga, Jaime González, Pedro Juan Viladrich y Juan Manuel de Prada, por poner algunos nombres.
Por eso, creo que el nombre de “Anabolic Party” les viene como anillo al dedo, aunque en mis tiempos alguno diría que no, que en todo caso serían el Party de los fumáos….

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